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La Barra de al Lado de Marea, es precisamente una extensión del restaurante de la chef Lula Martín del Campo y para este mes del amor y la amistad está estrenando un menú perfecto para compartir en una velada casual, al combinar la esencia de las barras de tapas españolas con el ambiente de las cantinas mexicanas tradicionales.

Recientemente la visitamos para degustar sus nuevos platillos —diecisiete en total y entre los que resulta difícil decidirse por un favorito— y la mixología de la casa, de la que elegimos La Carreta que combina Johnnie Walker Black, limón eureka, jengibre y ginger ale, muy fresco y balanceado para así abrir paso al desfile de platos que comenzó con un Paté de campagne con alcaparrones, el Salpicón de trucha ahumada y jocoque y un Marlín ahumado en frío con beurre blanc.

Continuamos con una copa de vino blanco, las Papas enchiladas con cacahuates y unas Croquetas de pancetta que ciertamente nos transportaron a las calles de Madrid pero fue el Falso ostión de setas el que nos regresó al corazón de CDMX, por su escabeche.

Posteriormente llegaron las Coles de bruselas con pancetta, queso azul y miel maple, la Cazuela de hongos al ajillo con mayonesa de miso, además de las Sardinillas y la Ventresca de atún con jitomates cherry y vinagreta que maridamos con una copa de vino naranja. Este quizá fue el tiempo más ligero y que nos preparó para el siguiente.

Fue Lula Martín del Campo quien nos presentó sus tortas de bacalao, carne tártara preparada y la de sardinas con pico de gallo y aguacate, todas deliciosas. Los platos principales —que a simple vista parecen ser iguales pero que tienen un sabor muy peculiar entre sí— fueron el Cerdo cocción lenta con puré de papas y el Brisket glaseado a los tres chiles con cotija, un agasajo verdaderamente.

Finalmente, compartimos los postres: un Mousse de chocolate abuelita y la Manzana en almíbar de romero, pistaches y jocoque, que acompañamos con digestivos herbales, uno proveniente de Italia y otro de la península de Yucatán.

Detrás de la barra

Durante nuestra visita, Nicolás —hermano de la chef y la mente creativa detrás del concepto del bar— nos compartió que la barra la encontró en una hacienda de la sierra de Veracruz y que las paredes, que antes eran moradas, decidió cambiarlas a color crema y traer elementos de Marea para darles otra vida.

“Lo que se percibe como sevillano, realmente es mexicano. Queremos que los clientes se sientan en una hacienda, aunque al principio nos dejamos llevar por quienes nos clasificaron como un bar de tapas, mi hermana y yo no somos españoles y en esta nueva etapa queremos reflejar el México contemporáneo que tanto ha enaltecido Lula”, agrega.

Cabe mencionar que el arquitecto Alberto Kalach, creador de la biblioteca Vasconcelos, diseñó los interiores de Marea y en La Barra de al Lado, MYT+GLVDK se encargó de darle personalidad a cada rincón y a la carta, en la que resalta la tipografía que la misma Lula eligió en honor a México 68.

Por su parte, La Barra de al Lado tiene 100 etiquetas distintas de vermouth —dos de la casa hechos por Nico, uno rosado y uno tinto, y ya trabaja en el blanco— y una carta de vinos con opciones debajo de los mil pesos, en cuanto a los cócteles que combinan licores, destilados e ingredientes locales, fueron diseñados por Fátima León (World Class México 2017).

La Barra de al Lado de Marea se encuentra en Sinaloa 248, Roma Norte, y abre todos los días a partir de las 2:00 PM.

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